martes, 10 de diciembre de 2013


"El, que no amaba nada de lo material, que era sostenido solo por su espíritu de bohemio, de poeta de lo imposible, lo dio todo, ahora, hasta su último aliento"


Jesús Ramón Vera, poeta salteño, (1958 - 2012)
 
EL ROMPECABEZAS

Cayó de mis manos
Hacia afuera.

En vano quise evitar el golpe.
En desorden
los restos se dispersaron,
como si huyeran de sí mismos.

Desde que está en el piso
no pude armarlo.

Su forma original ya es imposible.
 
 
SUBSUELO

Quien desciende
En crisis con la luz
Y los vestigios,
desciende.

Pierde un escalón
si lo nombran.

No teme la superficie,
Ni los temblores de tierra.

Teme la subida.
 
 
Las vueltas de la vida

A la madre
le sacaron un hijo del regazo, de la casa,
de muchas calles.

Y da vueltas y vueltas
a la plaza.
Ruega que le dejen su país.
A la madre le sacaron la madre;
no sea que descubran su desgarro.

Y da vueltas y vueltas
a la plaza.

Palomas se posan, se animan entre hombres de gorra azul,
de traje azul,
violan la quietud.

Alguien que no logra encapuchar su conciencia,
da vueltas y vueltas en la cama a
A la noche;
el mundo que también da vueltas lo consuela.

Inician las palomas su grito,
los autos alrededor de la plaza.

Yo miro el monolito: “25 de mayo de 1810”.
La madre sigue dando vueltas.
En su vientre hay un hijo que vive.

De golpe me doy cuenta que yo doy muchas vueltas para decir las cosas;
no sea que otra madre con la misma pena se agregue un jueves
a la plaza.

Y cae una lágrima.
Resucitará la mejilla de los que están quietos,
con las manos en la pared.
 
 
Jesús Ramón Vera,  nació el 24 de enero de 1958 en  Salta, Argentina. Su padre fué don José Ramón Vera, su madre fue doña Rosalina. Tuvo tres hijos con Marina Rosado, Alejandra María, Juan Pablo y Leopoldo. Falleció en 2012.  
Sus lecturas pasaron primero por los clásicos como Neruda, y apartir de allí leer todo lo que leía el poeta. Se inclinó por Federico García Lorca y Withman entre tantos; y por el escritor Juan Manuel que le abrió las puertas de su biblioteca para siempre.
 Poeta de los bueyes perdidos, de los carnavales, identificado con la cultura originaria y esto del fútbol y del folklore, las raíces del hombre y su esencia. El hombre, popular como pocos en un sentido literario, "Verita", recorre estos trazos del pasado para hablar de una esencia que lo recorre. No puede dejar de ser el poeta, el artista, el que provoca con su canto, el que se nutre de la comparsa y y se alegra de ser parte, no puede ni quiere dejar de soñar y de creer. Su causa es la del arte mismo.
En su pasión por el carnaval, Ramón descubre su imagen interior, y fortalece para el futuro de la cultura salteña, esa polvareda mítica del que cruza la tierra y los caminos con el mismo paso de su baile.
Admirador de J. Manuel Castilla, poeta de cuna para Ramón, ya que su padre le leía sus poemas, de Walter Adet, de Jacobo Regen, de sus pares en el universo de las letras salteñas. Amigo de los poetas de El imaginero, amigo del olor a carnaval y las noches de verano, amigo de la vida.
 
fuente: escueladearterobertomaehashi.blogspot.com
                salta21.com
                portaldesalta.gov.ar
                

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